El enemigo en el escenario: Cómo tu mente sabotea tu carrera... (y cómo silenciarla).
- Miguel Sagrero

- 1 sept
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Actualizado: 1 sept

En los últimos años, he tenido el inmenso privilegio de guiar a cantantes de talento excepcional. Muchos de ellos han ganado concursos o han sido finalistas en importantes competencias nacionales o internacionales, han continuado sus estudios en el extranjero y en general, han construido currículos que cualquiera envidiaría. Sin embargo, hay una paradoja que me llama poderosamente la atención una y otra vez.
¿Por qué algunos estudiantes con un talento vocal extraordinario suelen ser también los que albergan las inseguridades más profundas?
Esta pregunta me llevó a reflexionar y observar más de cerca. He visto cómo cantantes con una técnica envidiable se paralizan ante la idea de una audición, cómo dudan de su valía antes de un concurso de renombre y cómo posponen sus sueños por creer que "aún no están a la altura". Si te sientes identificado, quiero que sepas dos cosas: 1) No estás solo, yo también he estado ahí. 2) El problema no es tu voz (o tu talento), es tu mente.
El mito del "cantante perfecto", es una losa que pesa sobre nuestros hombros. Muchos de los cantantes jóvenes (menores de 30 años) e incluso los no tan jóvenes, creen fervientemente que necesitan desarrollar una técnica impecable y un nivel virtuosístico antes siquiera de aspirar a dar el siguiente paso. Piensan que una nota ligeramente desafinada en una clase magistral o un pasaje no ejecutado perfectamente en una audición será su sentencia de muerte artística.
¡Nada más lejos de la realidad!
Esta búsqueda obsesiva de la perfección técnica no es más que la manifestación de un miedo profundamente arraigado: el miedo al juicio, al fracaso, a no ser lo suficientemente buenos. Es la mente del músico magnificando cada pequeño error hasta convertirlo en un monstruo invencible. Este crítico interno que susurra: "¿Ves? No estás lista(o). No puedes con esto."
Aquí es donde quiero presentarles un concepto que puede cambiar su perspectiva, como lo ha hecho con la mía y la de muchos artistas. Se llama "El Juego interno".
En su libro "The Inner Game of Music". Barry Green explica que en cualquier interpretación musical hay dos juegos en simultáneo.
El Juego Externo: Es contra los obstáculos externos. Es la partitura, el director, la acústica del lugar en donde te encuentres (aula, auditorio, teatro, estudio, etc.), la dificultad de el aria, el jurado del concurso, etc.
El Juego Interno: Es el que ocurre dentro de tu propia mente. Es contra las dudas, el miedo, la falta de concentración y la autocrítica destructiva.
¿Cuál de los dos juegos crees que arruina más actuaciones?
Te lo adelanto, no es el externo.
Green argumenta, y yo estoy totalmente de acuerdo, que el principal enemigo de un músico ya está en la sala: es su propia mente. La buena noticia es que como cualquier músculo, la mentalidad se puede entrenar.
Entonces, ¿cómo empezamos a silenciar a ese enemigo?
Reconoce al Crítico: El primer paso es ser consciente de esa voz. Nómbrala. "Ah, es mi crítico interno otra vez, diciéndome que no puedo". Al identificarla, le quitas poder. Ella no eres tú.
Confía en tu Preparación: Has estudiado durante años. Tu cuerpo sabe lo que tiene que hacer. En el escenario o en la audición, tu trabajo no es pensar en cada nota, sino dejar que el entrenamiento y la música fluyan. Como suelo decirles, "no pienses". Cambia el foco de "¿Lo estaré haciendo bien?" a "¿Qué estoy comunicando?".
Permítete ser Humano: Los directores, agentes y jurados no buscan robots perfectos. Buscan artistas con algo que decir, con vulnerabilidad y verdad. Un pequeño error técnico nunca opacará una interpretación honesta y apasionada.
Redefine "el Fracaso": Una audición (sea cual sea el resultado) es una masterclass sobre lo que ese teatro, disquera, agente o director busca. Un concurso que no ganas es una oportunidad para hacer contactos y medir tu nivel en un campo más amplio. El verdadero fracaso es no intentarlo por miedo.
Así pues, la técnica es lo que nos ha llevado hasta aquí. Pero sera la mentalidad la que nos lleve al siguiente nivel. Los teatros del mundo no están llenos de dioses vocales impecables; están llenos de seres humanos resilientes, valientes y que aprendieron a gestionar sus inseguridades.
La próxima vez que esa voz te diga "espera, aun no estás lista(o)", respira hondo y da el paso al frente. El mundo necesita escuchar tu voz, no tus dudas.
¿Te ha resonado este tema? ¿Te identificas? Me encantaría leer sobre tus experiencias en los comentarios. Y no olvides que estoy aquí para ayudarte a alcanzar tus objetivos vocales.
¡Hasta la próxima!
Miguel Sagrero. PGDip RNCM.










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